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Próximo destino: Madrid

19 de agosto de 2004

Lo que pasó hoy fue fantástico. Como ayer aprendí lo de Shin y Jin, hoy no iba a cometer el mismo error. Llamó un señor y pidió con “Yin” (así sonaba). Para asegurarme qué Yin era, le comenté a esta persona que hay acá una persona de apellido Shin (y deletreé el apellido) y otra de nombre Jin (y también deletreé el nombre. Le pregunté con cuál de las dos personas quería hablar, y me dijo que con Mr. Shin. Le pasé el mensaje al Mr. y le expliqué quién llamaba. Él me dijo que no le reconocía, que no se daba cuenta de quién era, y así tres veces. A la tercera le pregunté más datos y me comentó toda la situación. Personalmente fui a explicarle todo a Mr. Shin y entonces, él me dijo que esa persona quería hablar con Jin!!!! Mr. Shin llamó por teléfono a alguien (supongo que al que antes había llamado por teléfono) y le dijo que viniera. Cuando vinieron (eran tres) y preguntaron por Yin, yo le pasé el recado a Jin, que me dijo que enseguida venía para la recepción. Él no venía y de golpe aparece Shin, y sorprendido, me llamó la atención de por qué no le había dicho que estaban estas personas acá… y yo le dije que le había avisado a Jin, cosa que por suerte los tres coreanos asintieron. Oh, my God… Y después, me llamaron para pedirme jugos, café, té, todo… y bueno, bajé a la sala de reuniones con unas cocas light. Todo es loco. Después le conté a María, y me dijo que no me haga problema. Problema no me hago, pero me cuesta un poco porque yo trato de hacer las cosas bien y no siempre salen como uno quiere.

El trabajo

18 de agosto de 2004
Es mi segundo día en el trabajo y la verdad es que me siento muy bien. De vez en cuando, estoy medio aburrida, pero la verdad es que es el tipo de trabajo que estaba buscando y no me quejo. Además, están los diarios y tengo para entretenerme. De todas formas, todavía no me siento como en mi casa en el sentido de que no lo llamo a Javi, no asocio nombres con caras y me doy cuenta de que hablo distinto, no sé a quién hablar en inglés, a quién tutear, a quién hablar en castellano, a quién sonreír… pero bueno, en líneas generales me encuentro bien. No quisiera ser aguafiestas, pero siento que todo está saliendo bastante bien y que los errores que estoy cometiendo son naturales de los dos primeros días de trabajo.
Algo maravilloso es que cuando termino el día de trabajo y salgo a la calle, todavía haya sol. Me revitaliza, me encanta. Me hace sentir que me queda día por disfrutar, por vivir, y es genial.
Lo que recién me estaba comentando María, mi compañera, es que cuando se muden las oficinas, si todavía estoy yo (y todo me dice que así será, con la ayuda de Dios), estaré sola en la recepción. Es todo un reto, en especial porque todavía me queda mucho por aprender.
Espero que todo salga bien.

19 de agosto de 2004

Ayer iba todo bien hasta que, faltando sólo unos minutos para irme, me mandé la primera macana que consideré grave. Resulta que acá hay un señor que se llama Jin Yang y otro que se llama Jong-Shin Shin, y a mí, Jin y Shin me suenan igual. Pero uno es jefe, hay que filtrarle las llamadas y habla en inglés, y el otro es un empleado normal. La persona que llamó, me dijo que él recién había hablado con “Jin” y para mí sonó tan igual, que le consulté al jefe… y él no entendía nada, yo hablaba en inglés y estaba nerviosa… hasta que le pasé la llamada y ahí se hizo evidente que había metido la pata hasta el cuadril. El que llamó me retó un poco (en realidad, me recomendó que tuviera más cuidado) y cuando colgué, me puse a llorar… Venía tan bien… pero bueno, me consolaron, me dijeron que no me preocupe y después se me pasó un poco la angustia. Mariana me dijo que me quedara tranquila, que en realidad Shin no era taaan jefe, y después Tomás me dijo que no lo hice intencionalmente, y cuando llegó Javi, me dijo que no me preocupara, que era un error simple, y eso me tranquilizó. Esta mañana, también María me dijo que no me preocupara, y después me lo encontré a Mr. Shin y le dije que fue un error, que me confundí… y bueno… ya pasó.

Es cierto que no estoy contando mucho de Madrid, pero paciencia... estoy pensando un buen relato de los lugares que he visto, y me lleva un poco de tiempo procesarlo. Pero ya saldrá, y espero que sea lindo. El plan es bueno.

La locura del momento

Me llamaron y el martes tengo una entrevista en Kia Motors!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! WWWWWWOOOOOOOOOWWWWWWWW
No lo puedo creer. Espero que me vaya bien, que todo ande bien y que consiga un buen trabajo.

El jueves 12 no hice mucho: llevé mi CV a una empresa de trabajo temporal, hice compras y escribí un poco, medio inútil pero por lo menos me puse a dar una vuelta por mis escritos, mis ideas.
En la ETT me dieron la dirección de otra oficina de esa misma empresa, que se especializa en secretariado. Así que hoy fui. Y la verdad es que me fue bastante bien. Miraron mi CV y enseguida me preguntaron a qué nivel de inglés le llamo yo "medio", porque necesitan a alguien con mi perfil pero con un muy buen nivel de inglés, casi bilingüe. Les dije que me podía manejar bien por teléfono y por escrito, y que creía que podía arreglármelas ante distintos acentos. Así que me dieron un formulario y después un joven de la empresa se me presentó y comenzó a preguntarme por mis últimos empleos, y en medio de la conversación me dijo que siguiera en inglés. Creía que había estado bastante bien, pero él me había dicho que me llamaba a eso de las 15, y como no me llamó, empecé a ver mis errores y me dije "Bueno, ya habrá otro empleo", pero de golpe sonó el móvil y era él. No estoy segura de si es para su "proceso" (supongo que le llaman así al proceso de selección de personal) o para el de su compañera, pero lo cierto es que el martes tengo una entrevista en una empresa americana de automotores. Estoy muy contenta. Necesitaba un golpe así.
Al mismo tiempo, hoy se confirmó que el martes próximo empiezo el periodo de formación en la empresa de servicios telefónicos. Por fin tengo algo más en mente. A veces es lindo no tener obligaciones, pero cuando una es responsable y se sabe capaz de trabajar, de estudiar, de hacer algo útil, pudre estar de gusto.
Hoy fui a llenar el blog y como siempre, chateé un ratito con Javi. Y me dijo que hoy hay un recital gratis, de "un tal Jorge Drexler", que conocí gracias a María y Clarita y me encanta. Qué lindo es estar en una ciudad así que te ofrece espectáculos como este. Aunque cuesten un poco: en septiembre hay una fiesta en Casa de Campo, que dura tres días, cantarán Ana Belén, Víctor Manuel y Silvio Rodríguez y sólo cuesta 18 euros (por los tres días). Ahí estaremos con Javi. Y cuando cante Sabina, también. Todavía no sabemos nada de él, pero en cuanto sepamos de un recital, iremos.

3 de agosto , y varios días más

El domingo pasado, le conté a Javi que me había propuesto dos cosas: una, encontrar un buen trabajo pronto; y la otra, dejar definitivamente el vicio de comerme las uñas. Pero a mí misma me he prometido, además, volver a escribir. Es una actividad que últimamente corre entre dos puntas: el placer mismo de lograr contar algo bien y la esperanza de que eso, que me sale naturalmente, pueda convertirse en un oficio, en mi trabajo. Y en trascender, ¿por qué no? Siempre pienso que a mí me hubiera gustado leer cosas que mis abuelos hayan escrito en otros tiempos... y por esto del trabajo y de quedar, me impongo la obligación de escribir siempre "muestras" y recuerdos, de los más simples: un día normal, uno extraordinario, aquí, allá o en cualquier lado. Es complicado, y requiere de mí una cierta disciplina que a veces me cuesta. Pero siempre ganan las ganas de escribir, y vuelvo.
Me dispongo a volver a empezar con esta aventura de escribir. Cuando no lo hago lo extraño, pero me cuesta volver a empezar porque sé que quiero hacerlo muy bien, y al presionarme, me paralizo. Esos mecanismos de cada una... Y es que ahora tengo cerca de un mes pendiente, y un mes intenso como pocos en mi vida. Pero he de decir que si bien me he distraído de escribir -por vivir, como dije ya varias veces-, también valoro el ejercicio de volver sobre lo vivido una vez que pasaron la pasión, la emoción del momento, y tratar de recrearlo como si hubiera ocurrido hace muy poco. Hay imágenes que no puedo olvidar, y esas, estoy segura, quedarán por siempre, sin necesidad de que las haya escrito entonces.
Más tarde: Estaba acá muy tranquila cuando me llamaron del lugar donde había tenido la primera entrevista, el lunes de la semana anterior. Me preguntaron qué me había pasado que no había vuelto y les dije que había estado enferma y que de las tres opciones prefería la de teleoperadora, y me propusieron que fuera al día siguiente a trabajar. Todo muy lindo por teléfono.
Cuando al otro día llegué, me encontré con que tenía de 3 a 10 días de prueba sin sueldo, luego de los cuales me podían dar el alta o no. Probé. Me pasé la mañana escuchando a una señora que trataba de convencer a las amas de casa de que recibieran a un promotor que les haría una limpieza gratuita de cualquier superficie de la casa. Les decía de todo: les preguntaba por el marido, que le vaya bien de vacaciones, hasta pronto, me alegro, etc. Muy falsa a mi gusto. Pero le iba bastante bien. Yo probé en los últimos 25 minutos que me quedaban y no tuve la misma suerte.
Al otro día, me pasé cuatro horas llamando, y nada, ni una cita.
Y cuando el viernes sólo hice una cita y me dijeron que tenía que ir a trabajar ese mismo sábado, con Javi dijimos que no. El sábado tuve una entrevista de trabajo, también poco interesante: era ser distribuidor de un complemento dietario, supuestamente hecho a partir de hierbas. Pero para todo había que pagar: para el curso, para un encuentro, y por supuesto, para tener los productos y poder ser distribuidor. Así que tampoco me convenció.
El domingo, fuimos con Javi y Edgardo al Museo del Prado, donde vimos todo Goya. Yo no lo había visto antes y realmente quedé maravillada. Era el pintor oficial de la monarquía, según entendí, y por eso pintó todos los cuadros que decoraban las distintas habitaciones del palacio. Bellísimo.
El lunes 9 tuve una entrevista a la mañana y también llamé a un número que pedía una recepcionista no fumadora. Lo más especial de esta segunda entrevista fue que la señora no tenía un buen castellano porque era americana, así que yo opté porque tuviéramos la conversación en inglés y me fue muy bien. Hacia fin de semana me llama.
Y hoy fui a una entrevista en una ETT, que busca telefonista en una empresa de servicios telefónicos. Creo que si no encuentro algo mejor para este fin de semana, empezaría el próximo lunes un entrenamiento para este empleo, que ofrece un pago de 750 euros por 35 horas semanales. La única contra es que hay que trabajar dos fines de semana al mes. Pero bueno, no es tan grave.

11 de agosto de 2004

Hoy es el primer día en el que, a pesar de haber comprado el Segundamano, no tengo ninguna entrevista ni horarios que cumplir.
Fui al médico porque todavía me duele el huesito dulce, de cuando me caí cuando volví de viaje. Estaba preocupada porque pensaba que tal vez no me había cuidado como debí haberlo hecho, y temía que me doliera por siempre... esos temores infundados pero que molestan hasta que uno se los saca. Así que por eso fui al médico. Y la doctora me dijo que me quedara tranquila, que si me caí "de culo" (sus textuales palabras) y me golpeé el sacro, me puedo haber fisurado pero no hay otro remedio que esperar. Y bueno, lo aguantaré.
Hoy es un día tranquilo, en el que podría hacer lo que me venga en ganas. Y sin embargo (diría Sabina), lo que quiero, lo que siento que necesito, no lo puedo hacer: tengo ganas de compartir una charla y unos mates con alguien cercano, con una amiga, con alguien que ya me conozca, con alguien que se alegre de verme... y acá no hay nadie así. Tengo ganas de llorar. Y no sé qué hacer... así que lloro, mientras escucho a Silvio, que canta Eva.
Me distraje un poco y se me pasó la angustia. Me propuse hacer algo útil, algo que me haga bien, y retomé la entrevista que le había hecho el año pasado a Nélida Cañas, en Tucumán. Es el único material "periodístico" que tengo y voy a ver si le saco el jugo. Estaba decidida a dedicarme a eso... pero se me terminaron las pilas... parece que hoy no pego una. Me voy a ir a correr al Parque Aluche, a ver si me despejo y me canso un poco.
Me despejé, y me cansé. Así que de vuelta, decidí darme un baño de inmersión. Y me lo di. Llené la bañera y me sumergí. Tal vez porque el agua estaba demasiado caliente, al rato empecé a sentirme mal. Estaba muy acalorada y algo abombada. Ya había estado unos 15 minutos en el agua, así que me dije que ya podía ducharme y salir, y así hice. Y cuando me paré, me sentí mareada y débil. Por suerte, pronto me di cuenta de que estaba sola y con la puerta cerrada, de forma que tenía que arreglármelas sola y tratar de sobrepasar ese mal rato. Abrí la ventana del baño y procuré tomar aire, y que el agua de la ducha fuera más fresca. Terminé de ducharme con lentitud y me acosté. Sentía que el corazón me latía muy rápido, y traté de calmarme. Tardó mucho en volver al ritmo normal, o más tranquilo, pero al fin me sentí mejor. A veces, ahora, me siento una hipocondríaca: la angina, el huesito dulce, esto del corazón, el miércoles próximo tengo turno en el neurólogo... pero la verdad es que me siento así: me duele el huesito, tuve angina, a veces siento esta especie de taquicardia y necesito ver a un neurólogo para resolver qué hago con el medicamento. Pero claro, tantos médicos de golpe y me siento un bicho raro.

Lunes 2 de agosto

Tuve un día de prueba en uno de los empleos. Se trataba de ir casa por casa ofreciendo una tarjeta de crédito "gratuita de por vida". El sueldo era la comisión de las ventas, y el trabajo, agotador, sobre todo para estos días tan calurosos. Los chicos del grupo (tres chicas y un chico) me parecieron muy piolas, pero ese trabajo no es para mí. Lo decidimos Javi y yo de común acuerdo, así que el martes no fui a la entrevista.

Miércoles 18 de agosto

Hemos pasado un fin de semana hermoso y hoy fue un día muy especial. El fin de semana empezó el viernes a la noche, cuando nos fuimos a la Plaza de Vistillas a verlo (y sobre todo escucharlo) a Jorge Drexler, al aire libre y gratis. La verdad es que estuvo muy bueno, pero yo quería que cantara esa que dice “Me haces bien” y no la cantó. Ufa. Pero debo decir que muchas otras canciones me encantaron. Además... a caballo regalado, no se le miran los dientes, ¿cierto? Tuvimos que caminar bastante para llegar desde la estación de metro “Latina” hasta el lugar donde cantó Drexler, y hay que ver la vida que tienen esas callejuelas de noche. Cada veinte metros hay un bar sobre la calle, como si fuera un puesto de choripán, que vende bebidas y tiene un estilo de música a todo volumen. Y así, uno camina un poco y tiene una opción, camina otro poco y tiene algo bien diferente. Muy lindo, pero cuando uno madrugó y sale cansado, no hay pilas para tanto.
Al otro día nos levantamos tarde (a eso de las 11), fuimos a hacer las compras, Javi se fue a jugar al fútbol con Ariel y Edgardo y yo me fui a lo de Mónica y Federico. Ellos son dos olavarrienses que vinieron para acá hace ya dos años, y tienen una nena hermosa de casi un año que se llama Victoria. Tomamos unos mates, me puse un poco al día con Moni y Federico y después llegó Javi, justo cuando nos estábamos preguntando si iría. Entre charla y charla se nos hizo bastante tarde otra vez, y al día siguiente volvimos a levantarnos cerca del mediodía.
El domingo fuimos al Parque del Retiro, que yo no conocía, a tomar unos mates y a charlar. Salimos Javi y yo solos, y la verdad es que lo pasamos muy bien. El parque es muy lindo, y en medio de la ciudad, es un oasis. Tiene un lago, mucho verde, un museo, un palacio de cristal, varias canillas con agua potable y –algo que vi por primera vez ahí- baños públicos. Es que en general, acá en Madrid, si uno está en la calle y tiene que ir al baño, tiene que hacer como en Buenos Aires: pedir en algún bar. Ni siquiera en las estaciones de metro hay baños públicos. Y en el Parque del Retiro, hay varios y en muy buenas condiciones de limpieza. Cuando salimos del parque tomamos la calle de Alcalá rumbo a la Puerta, y mirándola, llamamos a nuestras casas. De ahí seguimos caminando hasta Sol, y después volvimos. Un hermoso día.
El lunes fuimos a la estación de metro Lago. Ahí nos bajamos y precisamente, nos fuimos al lago. Caminamos por toda la orilla del lago y después encontramos un lindo lugar donde tomar mates. Era una pequeña colina, desde la cual se veía todo: el Palacio, el Parque del Moro, la Catedral de la Almudena, la estación Príncipe Pío, y muchas cosas más, que no sé qué eran pero que era muy lindo verlas.
Y el martes sucedió algo inesperado. Yo estaba esperando que me llamaran de la ETT para decirme a qué hora tenía una entrevista en una empresa automotriz. De golpe me llamaron para decirme que querían obviar el paso de la entrevista y que comenzara a trabajar ese mismo día, previa firma del contrato que comenzaba a correr desde las ocho de la mañana de ese día (y eran ya las nueve y media). Contenta, y muy sorprendida, me arreglé un poco y me fui a la ETT. Ahí firmé el contrato (con el que estoy muy de acuerdo) y fui a la empresa, y ni bien entré mi compañera me explicó lo básico y comencé a trabajar. Mis tareas son atender el teléfono, organizar la correspondencia y ver el correo electrónico. Todo muy simple, pero puede ser en inglés o en castellano. Y el sueldo, realmente es muy bueno.

Sobre Sabina

Lo que quería comentarles acerca de estas canciones, es que antes, para mí, tenían muchas cosas insignificantes, y que ahora han cobrado sentido aquí en Madrid. Una por una.
"A tu puesto del Rastro a comprarte/ carricoches de miga de pan" Con la frente marchita. El Rastro es un mercado de antiguedades y artesanías que funciona cerca de la estación de metro "Sol" sólo los domingos por la mañana. Todavía no he ido.
"Se escapó de Ciempozuelos" "Al pasar por la Cibeles/quiso sacarla a bailar" "Un anillo de pedida le compró en El Corte Inglés" A la sombra de un león. Ciempozuelos es una localidad cercana a Madrid. La Cibeles está en el centro y El Corte Inglés son las famosas tiendas.
"El Dioni" Con un par. El Dioni es un ladrón, ahora recuperado, que de tanto en tanto aparece en los programas de chimentos.
"Aún flipa rememorando aquella mañana" Con un par. Flipar es cuando algo está muy bueno, dicen "Está que flipa" o "flipó".
"Me echó del casino del Torrelodone" 19 días y 500 noches. Es un casino de una zona de Madrid.
"Extraño como un pato en el Manzanares" Así estoy yo sin tí. El Manzanares es un río que hay en Madrid.
"Yo me bajo en Atocha". Ahora tan tristemente conocida, no? Es una estación de trenes de larga distancia y metro de Madrid.
"Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal,... Legazpi... La Latina" Yo me bajo en Atocha. Son estaciones de metro de distintas líneas de Madrid.
"en Linares Baeza" Medias negras, en vivo. Creo que es una estación de cercanías...
"Como un tren de cercanías" Medias negras, en vivo. Los trenes de cercanías son los que van de Madrid capital a las pequeñas ciudades de los alrededores, como puede ser Alcalá de Henares.

Opino

Sería interesante que alguien diera cuenta de que lee el blog... Buá... Nadie me lee!!!!!

Tengo trabajo!!!!!

SSSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIII!!! Es mi primer día como recepcionista en una empresa de automóviles internacional (no digo el nombre para no hacer chivo ;) y estoy muy contenta porque por fin, después de buscar y buscar y llamar y llamar, conseguí algo que me gusta.
Estoy muy contenta!!!!

Domingo 1 de agosto

Salimos con Javi a hacer compras y a pasear por el barrio. Un día tranquilo.

Martes 20 de julio

Nos quedamos en Bracknell, para hacer un par de cosas sin importancia: fuimos a la biblioteca y a algunos negocios. Entre las cosas que debíamos hacer estaba conseguir alguna forma de que yo volviera a Madrid. La verdad es que no lo pasamos muy bien: yo estaba nerviosa, mami mal porque había perdido un día de turismo y Nati porque no habíamos logrado resolver mi tema. Por eso decidimos que al día siguiente iríamos a Londres.
Otra cosa que ese día nos mantuvo medio pasivas fue que teníamos que ir a la casa de Anita a cenar, pero a la hora tradicional de la cena en Inglaterra: no más tarde de las 7. así que tuvimos que cortar todo y tomarnos el tren a Wokingham. Ahí lo pasamos muy bien, ya que ella es muy especial. También estaba Jason, a quien encontré muy bien física y emocionalmente, así que fue una linda velada. Anita nos dejó ver la casa, y nos sorprendimos de lo linda que tiene la habitación de Michael, llena de juguetes, libros de cuentos y elementos didácticos (como un ábaco). Comimos pizza y ensalada, otra vez, pero estuvo muy bien. La idea era vernos.

Lunes 19 de julio

El plan para este día fue ir a Reading, una ciudad grande que está muy cerca de Bracknell, a almorzar a Pizza Hut. Era una invitación de Nati. Y la idea estuvo muy buena, porque como era día de semana, había una promoción que era “Eat as much as you want”, o sea tenedor libre de pasta, pizza y ensalada. Y gaseosa recargable. Todo por unas 5 libras cada una, más o menos. Y la verdad es que comimos hasta reventar y todo estuvo muy rico. Después hicimos un par de compritas, ya que las rebajas estaban muy buenas: yo me compré una campera con capucha por 8 libras, y unas bombachas al mismo precio que en Argentina.
Reading –o los lugares de ahí que nosotras visitamos- es una ciudad de shopping, ocio y gasto. Mark & Spencer, el Oracle, el río y muchas confiterías son el centro de todo. Nosotras fuimos al Mark & Spencer, a comer (de todo, como si fuera la última vez) y al Oracle. Nos tomamos nuestro tiempo para todo y la verdad es disfruté el día. A la tardecita tomamos mates al lado del río y los pubs y volvimos a Bracknell. De la estación a lo de Nati, ella y yo nos reímos mucho viéndola a mami lidiando con los cambios de la bici.

Miércoles 21 de julio

Volvimos a ir a Londres. Yo iba con el propósito de comprar el pasaje de vuelta a Madrid, en colectivo. Las encontraría a Nati y a mamá en el Museo Británico. En la estación de coach me encontré con que había dos opciones de viaje a Madrid, una a 80 y la otra a 92 libras. Estaba segura de querer la más económica, hasta que me dijeron que hacía una escala en París de 7 horas. Entonces me decidí por la más cara, para viajar el viernes a la mañana y llegar un día después. Cuando estaba segura de querer eso, no tenía más lugar. Y bueno, compré un pasaje con el siguiente itinerario: comenzaba el viernes a las 22, llegaba a París el sábado a las 7 de la mañana y volvía a salir a las 14. A Madrid llegaría el domingo a la mañana. Lo bueno no era tanto viaje sino que podía viajar. Les mandé un teletexto a mami y Nati y me fui a almorzar al parque que está al lado de Buckingham Palace. Después llegué al Museo Británico y cuando me estaba preguntando cómo las encontraría a Nati y a mamá, la escuché a Na que decía “Mirá quién está ahí”. Llegué justo para una visita guiada que estuvo muy interesante. Lo que más recuerdo es una joya para el cabello cuyas piedras se mueven cuando se mueve la persona que la lleva puesta. Y también unos cofres de mármol o marfil.
Después, fuimos a la National Gallery, donde vimos hermosas pinturas de Rembrandt (hay un cuadro suyo sobre el cual escuchamos a un guía. Parece que lo pintó para su propio placer, y que tiene la curiosidad de estar pintado sobre un rompecabezas de madera, como si no le importara. Además, es interesante que se puede descubrir que la hora de la pintura es la mañana; y el tamaño gigante de los animales que están más cerca de uno se debe a que es la manera más sencilla de hacerlos ver), Rafael, Claude (buenísimos los cuadros de los cuatro elementos), Constable, Monet, Renoir, Van Gogh, Degas entre otros. Hay también un cuadro que ahora ni recuerdo de quién es, y que tiene una cara difusa de Jesús, confundida entre las nubes. Y para recordarlo para una próxima vez, en la túnica de una de las personas pintadas, se notan las distintas pinceladas. Una belleza. Y volvimos. Fue demasiado.

Jueves 22 de julio

También nos tomamos el día con tranquilidad, pero en este caso estaba justificado porque al día siguiente Nati, mamá y yo íbamos a Londres: yo para viajar y ellas a pasear. Y además, el día anterior había sido un día agitado, y Nati tenía que hacer la valija para que yo la pudiera traer.
A la tarde, nos visitaron Anita y Michael, y fue muy lindo volver a verlos. El pobre baby estaba dormidito y cuando se despertó andaba de mal humor, pero fue comprensible y natural. Pobre Anita se puso medio nerviosa, pero ¿qué le iba a hacer? Cuando Anita se fue, nosotras la visitamos a Carmen. A mí me cayó muy bien y charlamos un montón.

Viernes 23 de julio

A la mañana las acompañé a mami y Nati a la estación de trenes, ya que yo me quedaría en el centro a ver el mail y a hacer un par de compras para el viaje. El “par de compras”, finalmente fue muy simpático: una lata de choclo, muchos tomates, muchas zanahorias, dos cajas de jugos y chocolates. Después, me di unas buenas vueltas por los negocios y volví a la casa de Nati. Organicé la valija y la comida y después me fui a dar unas vueltas en bici, con el equipito de música de Nati a cuestas. Después me fui a Londres, y en Waterloo las encontré a mami y Nati. Nos tomamos un taxi a la estación de coach y nos despedimos. El viaje en el primer micro no fue muy cómodo: estaba lleno, yo tenía la gran mochila y la bolsa de la comida conmigo y la gente hablaba y reía en distintos idiomas y a los gritos, como si fuese de día. Estaba muy cansada pero no me quería perder nada. De forma que me miré todo Londres de noche. Después llegó la ruta, pero pronto llegamos a Dover y nos tuvimos que bajar. Teníamos que esperar hasta la una y media, cuando podríamos subir al ferry. Ahí, en el puerto, me impresionó toda la gente que había, con casas rodantes o autos y también la forma en que convivían la naturaleza y el hombre: al lado del puerto había lo que parecía ser un acantilado, y por todas partes revoloteaban unas aves blancas, muy grandes. Y cuando subimos al ferry, yo no me quería perder detalle. Hubiera querido estar en algún lugar al aire libre, pero no se podía salir, así que en lugar de dormir, como hizo mucha gente, yo me ubiqué al lado de una ventana y me dediqué a ver la estela que dejaba el ferry en el agua del canal. Con esto, claro, perdí un buen rato de sueño. Pero valió la vela...

Sábado 24 de julio

Por suerte, en París había una hora más que en Inglaterra, así que no tenía que esperar 7 horas sino 6. Dejé una valija y la mochila en un locker y me fui a algún lugar que fuera más lindo que la terminal. Lo que más cerca me quedaba era la Catedral de Notre Dame, y hacia allí fui. Me quedé leyendo, escribiendo un poco, desayuné... y miré la catedral como si fuera algo familiar. No entré, sencillamente me senté de frente a la fachada y la miré como quien mira una nube, como sucede cuando uno supera el primer momento de exaltación. Fue una experiencia fantástica ver esa maravilla sin toda la carga de la primera vez. Y la gente pasaba, pasaba, y yo quedaba... hasta que me tuve que ir a tomar el micro. Ese micro, el segundo, fue mucho mejor que el primero, no sólo porque estaba medio vacío sino porque era más espacioso. Además, veíamos el paisaje, no tenía nadie al lado mío, cada tanto parábamos y nos pasaron una película. Estuvo bien. Vi tantos autos con bicicletas atrás que pensé que tal vez sería una buena idea para traerme la bici de Nati, si es que todavía piensa regalármela.
Estoy sola en París, sentada frente a la Catedral de Notre Dame, con mucha gente a mi alrededor, pero sola. Tanta gente me aturde, en especial porque acentúa mi soledad: aquí no le importo a nadie y a la mayoría no puedo entenderla. De pronto, tomar una foto se convierte en un intercambio humano, pero en extremo estandarizado. Quiero decir: si hubiera una máquina a la que uno puede pedirle que saque esa foto, sería lo mismo. Aún así, es hermoso estar acá, la majestuosidad de Notre Dame se impone y me relaja. Estoy tan cansada... tengo todas las necesidades a flor de piel.
Ya estoy viajando rumbo a Madrid, y la verdad es que el micro es mucho más cómodo que el que me llevó de Londres a París. Más allá de esto, se me ocurren algunas reflexiones. La primera es que yo había pensado que iba a pasármela escribiendo y no es así, ya son casi las seis y estas, las primeras líneas que garabateo. Y me gusta escribir, me hace bien y sin embargo, no me dedico lo que debería (según mis propias pautas) sino lo que me viene en ganas. Y me viene a la mente pensar cuándo encontraré un momento como este, para parar un poco y hacer algo, si se quiere, casi innecesario pero siempre, de golpe, imprescindible. También me puse a pensar “Epa, estoy disfrutando de este viaje” y unos segundos más tarde me planteé que en verdad, yo disfruto de todo lo que hago, y supongo que también sucede lo contrario: hago cosas que me gustan. Y me critico, pensando que soy una hedonista, que vivo sólo para estar bien, y más allá de que cuando lo escribo me parece fantástico, también me doy cuenta de que ahora, más allá de que tenga ganas, necesito trabajar.
Viajar por las carreteras tiene su magia. Uno mira mucha gente, se ven todos los paisajes y creo que se percibe más humanidad que en los aviones. Y sobre todo, uno ve este mundo y sus maravillas. Sé que suena cursi, pero es así. Ver las villas, los sembrados, los ríos y encontrar que todo es en algún sentido distinto de lo que uno conoce, es hermoso. Dos detalles: el paisaje es más agreste que en Irlanda e Inglaterra, y en las rutas no hay publicidades. Por otra parte, hay que ver la cantidad de gente que viaja en estas rutas. Todos parecen estar de vacaciones: viajan con mucho equipaje y con las bicis atadas a los autos. Esto me hizo pensar que teniendo en cuenta, voy a ver si podemos manejarnos así con Javi acá en Europa: Nati comentaba que alquilar autos no es tan caro y ahora se me ocurre que puede ser una buena opción para pasear y traerme su bici cuando ella se vuelva a Argentina. Y una buena excusa para tener carnet de conductor.
Paramos para “cenar”, cosa que por supuesto no hice, en Niort. Por fin tengo un mapa y una idea de dónde estoy.