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Próximo destino: Madrid

Jueves 1 de julio

Como ya sabíamos el camino hacia la playa, y teníamos planeado disfrutarla hasta el máximo, hicimos el siguiente plan: organizar primero la comida, para que el supermercado no nos cerrara en la cara, luego almorzar y después ir a la playa (mate en mano, por supuesto), y no volver hasta la tardecita. Y así hicimos este día y todos los demás. El mar me sorprendió con unas pocas olas más. Con Nati nos reíamos, decíamos que "estaba picado". Los guardavidas estaban muy atentos y por autoparlantes anunciaban que uno debía tener cuidado, pero nosotras nos las habíamos visto con olas mucho más grandes, y bien. De todas formas, el mar no estaba tan picado como para que uno no pudiera optar entre nadar (lo que hizo Nati) y barrenar, que fue mi opción. Es que yo pienso que para nadar muy bien viene una pileta común, en cambio para barrenar unas olas, nada mejor que el mar. Si bien veo anuncios de piscinas con olas, no creo que sean tan buenas como las del mar, y en todo caso, siempre serán pagas y dulces. Y las olas son naturales, gratis y saladas. Gustos son gustos... Por mi parte, yo estaba más desinhibida en el tema topless. Ya lo hice como si fuera una costumbre de siempre. Es loco cómo se acostumbra uno a las cosas que le gustan.

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