Lunes 12 de julio
A la mañana siguiente nos despertamos bastante temprano, tomamos un buen desayuno inglés y salimos de paseo. Mami y Nati querían ir a la St. Christ Church y tomamos, sin querer, el camino equivocado. Cuando mami le preguntó a un joven dónde quedaba la iglesia, él no pudo explicarnos claramente y entonces, en lugar de decir "Miren, no sé", dejó lo que estaba por hacer (después nos dimos cuenta de que seguramente iba a desayunar) y nos acompañó hasta que estábamos encaminadas. Lo cómico fue que este chico tenía en sus manos una cajita de media docena de huevos, y traía otras cosas, así que le ofrecimos guardarle los huevos en nuestra mochila. En la St. Christ Church, para nuestro asombro, cobraban una entrada bastante salada, así que preguntamos si podíamos entrar a orar un ratito y como nos dijeron que sí, entramos a sentarnos tranquilamente un momento. Después nos encaminamos hacia St. Patrick's Church. Ahí también cobraban bastante para entrar, así que hicimos la misma pregunta y nos mandaron a un lugar muy apartado, como si estuviésemos en penitencia, así que mami, Nati y yo nos tomamos de las manos y rezamos un Padrenuestro. Nos quedamos un rato en paz y nos fuimos a tomar unos mates en los jardines de esta misma iglesia, que eran hermosos. Ahí nos sacamos una foto entre nosotras y cuando le pedimos a una señora que nos tomara una foto a las tres, le pasó el fardo a un chico, que después de sacarnos la foto, nos pidió de sacarse él una foto con nosotras. Así que se ubicó muy tranquilo, le pasó el brazo a mami por la espalda y sonriente, se quedó con nuestra imagen. La gente nos resultó muy agradable en Irlanda, por cierto. De ahí nos fuimos al Trinity College. La idea era entrar, a todos lados, pero como en las iglesias, la entrada valía más de lo que queríamos pagar, así que nos contentamos con verlo de afuera. Después nos fuimos a tomar unos mates al lado del río Liffey. Hay que ver la cara que los irlandeses (incluso los más jóvenes) ponían mientras nos veían en el ritual del mate. Lo peor es que nadie se anima a preguntar, y así se quedan con el prejuicio. Después, caminamos por una peatonal hasta el St. Stephen´s Green, un parque muy lindo. Cuando cruzábamos el río, vi una de las placas que hace referencia a la novela de James Joyce, Ulises, que transcurre en Dublín. Tal como papi me lo había sugerido, tenía ganas de hacer el tour del personaje de Ulises, pero después pensé que primero sería más interesante leer el libro y saber de qué se trata. Además, tengo la certeza de que volveré a Irlanda. Y del parque fuimos al súper.
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