Fin de semana fatal
Así, fatal. Y es que tuvo de todo. Empezó el viernes a la noche, cuando fuimos a la fiesta del Partido Comunista, porque cantaba Silvio Rodríguez. El evento estaba programado para las 11 de la noche, pero nosotros llegamos a las diez. Para entonces, ya había una cola larguísima llena de gente de todos los estilos: jóvenes y no tanto, rapados y no tanto, fumadores de marihuana y/o tabaco, con y sin piercing, con y sin tatuajes, con y sin niños en brazos o en cochecitos. Muy puntual, apareció el señor cubano en el escenario. Nosotros no estábamos tan lejos de ahí, pero con mi estatura y la gente agolpada como si fuera la hora pico en el metro, yo no podía ver mucho. Debían haberme visto: en puntas de pie, con el cuello estirado al máximo, y espiando por los huecos azarosos que dejaban las cabezas al moverse. Al verle, me emocioné de tal forma que empecé a decir Ah, se me hizo un nudo en la garganta y se me humedecieron los ojos. Empezó el recital con Sólo el amor y siguió con A dónde van
Yo no podía contener la emoción que sentía y cantaba casi llorando
Para ese entonces, seguro de que por mis medios no podría ver nunca lo que pasaba en el escenario, Javi me abrazaba para ayudarme a mantenerme en puntas de pie. Y algo vi. Después llegó el momento de Te doy una canción y había que escuchar a toda la gente cantando
era algo increíble. Luego, presentó a tres músicos: un guitarrista, un contrabajista y un percusionista. Muy buenos los cuatro, por supuesto. El ánimo decayó un poco cuando cantó completo un disco nuevo que nadie conocía
pero es Silvio y todo el mundo se banca cualquier cosa
Llegó el fin: se fue, pero todos pedíamos otra a gritos. Y así volvió, y se fue, y volvió, y se fue
varias veces: cantó Sueño con serpientes, Ojalá, Canto arena, Rosana y se fue con Playa Girón. Maravilloso.
La fiesta estaba bien organizada y terminó a la 1, cuando todavía corre el metro.
El sábado, típico: tranquilo, fuimos al híper, comimos tarde y Javi se fue a jugar al fútbol. Yo hice algo distinto: me fui al parque a tomar sol. Tomé coraje y fui, Rayuela en mano y lonita en la otra. Estuve disfrutando del día soleado hasta que se nubló! Iba a ir a la casa de Moni y Fede pero estaban en plena siesta, así que me quedé en casa, medio embolada, aburrida hasta que llegó Javi y me dijo Juli, me lastimé. Yo pensé: Zás, se raspó la rodilla, y cuando lo miré estaba con la remera y el short manchados con sangre, tenía una venda arriba del ojo izquierdo y ese pómulo muy hinchado y rojo. Se había caído jugando al fútbol y lo tuvieron que coser. Estaba bien, pero fue un shock verlo así. Tuve que salir a comprarle el anti-inflamatorio, de urgencia, en sábado, y para llegar a una farmacia de turno tomé el metro e hice varias combinaciones. De vuelta me tomé un autobús cualquiera (el primero que pasó y me llevaba para la zona) y casi me perdí. Le lavé la cabeza y fue un lío: estaba muy sucio pero era incómodo maniobrar de forma tal de no mojarle la frente
Así, lesionado y todo, me acompañó al recital de Ana Belén y Víctor Manuel, que estuvo fantástico. El ambiente era algo distinto de la noche anterior, aunque había mucha variedad de gente. Yo conocía muchas canciones y las que no, me gustaron mucho. Y ellos dos, realmente encantadores. De cada canción un comentario, una reflexión, muy lindo.
Ayer fuimos a ver de qué se trataba el último día de fiesta, y la verdad es que el grupo estaba muy fumado. Puteaban y gritaban a lo pavote y aunque se notaba que sabían mucho de música no era nuestro estilo. Además, ya estábamos contaminados de tanta marihuana, y hoy teníamos que madrugar. Así que nos fuimos, charlando de los planes para Navidad.
La fiesta estaba bien organizada y terminó a la 1, cuando todavía corre el metro.
El sábado, típico: tranquilo, fuimos al híper, comimos tarde y Javi se fue a jugar al fútbol. Yo hice algo distinto: me fui al parque a tomar sol. Tomé coraje y fui, Rayuela en mano y lonita en la otra. Estuve disfrutando del día soleado hasta que se nubló! Iba a ir a la casa de Moni y Fede pero estaban en plena siesta, así que me quedé en casa, medio embolada, aburrida hasta que llegó Javi y me dijo Juli, me lastimé. Yo pensé: Zás, se raspó la rodilla, y cuando lo miré estaba con la remera y el short manchados con sangre, tenía una venda arriba del ojo izquierdo y ese pómulo muy hinchado y rojo. Se había caído jugando al fútbol y lo tuvieron que coser. Estaba bien, pero fue un shock verlo así. Tuve que salir a comprarle el anti-inflamatorio, de urgencia, en sábado, y para llegar a una farmacia de turno tomé el metro e hice varias combinaciones. De vuelta me tomé un autobús cualquiera (el primero que pasó y me llevaba para la zona) y casi me perdí. Le lavé la cabeza y fue un lío: estaba muy sucio pero era incómodo maniobrar de forma tal de no mojarle la frente
Así, lesionado y todo, me acompañó al recital de Ana Belén y Víctor Manuel, que estuvo fantástico. El ambiente era algo distinto de la noche anterior, aunque había mucha variedad de gente. Yo conocía muchas canciones y las que no, me gustaron mucho. Y ellos dos, realmente encantadores. De cada canción un comentario, una reflexión, muy lindo.
Ayer fuimos a ver de qué se trataba el último día de fiesta, y la verdad es que el grupo estaba muy fumado. Puteaban y gritaban a lo pavote y aunque se notaba que sabían mucho de música no era nuestro estilo. Además, ya estábamos contaminados de tanta marihuana, y hoy teníamos que madrugar. Así que nos fuimos, charlando de los planes para Navidad.
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