Blogia
Próximo destino: Madrid

Martes 13 de julio

A la mañana anduvimos por el centro de Dublín porque teníamos que cambiar dinero y averiguar qué lugar con mar podíamos visitar a la tarde. Nos recomendaron ir a un lugar que ahora no recuerdo porque tiré uno de los mapas. Lo cierto es que perdimos el tren y después decidimos aventurarnos a ir una estación más lejos (con el mismo boleto, claro...), o sea a Malahide. Y nos encontramos con un lugar hermoso, lleno de casitas a dos aguas y unas playas amplísimas y desiertas. Claro, hacía frío. Pero el paisaje era de lo más pacífico. La arena era finísima y los caracoles eran de esos que en las playas argentinas se consideran extrañísimos, y allá había a montones. Junté una bolsa, por supuesto. Y ahora están de adorno en el mueble del living-comedor. Metimos los pies en el agua, Nati y yo hicimos verticales y medialunas, tomamos mates y cuando se puso demasiado frío, volvimos. Fue un día muy lindo. Y llovió, sin falta.

0 comentarios