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Próximo destino: Madrid

El orden

Estoy leyendo Ulises, de Joyce. Estoy enganchada, pero no termino nunca, y sólo tengo un mes para tenerlo en casa.

Estoy nadando todos los días, es verano y voy siempre a la pile. Ya no nado tanto como el año pasado, me pregunto a veces por qué, pero lo más importante es que me siento bien y eso es suficiente.

Pero lo que me tiene realmente apabullada es el desorden en el que vivo. Más allá del desorden que pueda tener de pronto en mi interior (los pequeños conflictos internos de cada día), tengo cada día más y más revistas y papeles y papelitos y todos desordenados, pero todos en casa por las dudas, porque "si algún día tengo ganas de leer, podría ver esta nota que está muy bien". Ni yo me creo esas bobadas. Cuando quiero leer tonterías, me saco de la biblio algún best seller, y cuando tengo ganas de leer cosas buenas, algo bueno, como Ulises ahora. Nunca recurro a las revistas de casa, que tengo desde hace dos años. ¿Y dónde está la punta del ovillo? ¿Resolveré mis problemas de desorden interior cuando consiga odenar mis papeles, por ejemplo? ¿O debo primero resolver mis problemas más existenciales para decidir luego tirar todo a la basura? ¿O es que no tengo ganas de ordenar nada de nada? ¿O se trata de enfrentarse a un conflicto y resolverlo positivamente, ya sea antes o después de ordenar una u otra cosa? Qué dilema...

 

Ya no sé...

Ya no sé si todo va tan bien. No estoy durmiendo muy bien y eso me tiene mal... ;) (qué piola..., buena frase hice). Pero sí, ando medio alterada. Cada vez falta menos para irnos y, aunque yo sé que he ordenado mucho, parece que tenemos cada vez más lio. Esto de mudarse hace bien de vez en cuando, pero obviamente, hace bien porque lleva un laburo!! Y bueno, supongo que cuando uno se dedica a algo, lo que sea, algo bueno saca, no?
Ahora tengo sueño, es sábado y en cuanto vuelva al depto, tengo que lavar los platos, tal vez el ñoba, algún piso, bajar bolsos, bajar la ropa de invierno (estas dos cosas están en la parte de arriba del placard), empezar a llenar, después ir a hacer compras, pedir cajas, empezar a llenar... y así será todo el finde. Con suerte, alguien nos visita y nos ceba mates, o nos charla. Pero cada uno tiene su vida, sus compromisos, y a veces es difícil irse hasta la otra punta de la ciudad, aunque falte tan poco para que nos vayamos. Espero que me sea leve, que nos sea leve...
Mañana, o el lunes, les cuento.
Ahora, a laburar!!!