El hechizo del mate
A veces me pregunto qué hechizo obró el mate en mí. Lo tomo amargo, por elección, y los que lo conocemos, sabemos que de a poco, su sabor se va debilitando. Pero qué importa? Le cambiamos la yerba y todo vuelve a la normalidad. Es entretenido para tomarlo entre dos o más, charla mediante, por supuesto. Sin embargo, hoy me lo traje al trabajo, empresarial trabajo, español trabajo, para tomarlo (seguramente) sola a la hora del descanso para almorzar. Es el dominio del mate. Ahora, bien, una pregunta: ¿Qué puede ser más reconfortante que leer en medio del Parque del Retiro, al sol del mediodía de otoño, con unos mates que simulan la compañía de quienes están lejos?
3 comentarios
Di -
Un abrazo
Maria -
Tomemos mates en sincronía y estamos ismpre juntas, Ju
Un beso
Malú -
Un beso