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Próximo destino: Madrid

Sábado 10 de julio

Esta mañana quedamos en una hora un poco más razonable para desayunar y también para que Martín nos buscara. Ya estábamos
descansadas de todo el trajín del viaje y dormíamos muy bien. Fuimos a la St. Mel's Cathedral. Ahora estoy un poco confundida, aunque intenté refrescar mi memoria con los folletos. Tal vez tenga que volver para estar segura... Ya me doy cuenta. La St. Mel´s Cathedral está en medio de la ciudad. La otra estaba en las afueras, en un pueblito llamado Ardagh, cuyo centro comercial más cercano es Longford, que es donde está la St. Mel´s Cathedral. Y como se supone que las ruinas datan del año 900 de esta era, Ardagh es un "Heritage Town": un pueblito histórico. Bien. Comparto mis deslices al escribir, a veces es lindo ver cómo un proceso se convierte en producto. Para mí es interesante.
Después fuimos a la casa de Martin, a conocer a sus padres, que se llaman Patricia y Thomas. Muy agradables, pero hablan un inglés medio atravesado, como quien tiene una papa en la boca... y realmente me costó un poco entenderlos. Nos convidaron con té y budines. Cálidos. Sacamos unas fotos y nos fuimos a Athlone, a conocer la ciudad y su castillo. Es un lindo lugar, que está en medio del país, y tiene el río Shannon en el medio. Todo en el medio. El castillo, a Nati y a mí no nos gustó mucho, porque era en realidad un museo de objetos, no de la vida que llevaba la gente que vivía ahí.
Pero siempre es lindo conocer una nueva ciudad, sobre todo si tiene un río cerca. Y cuando salimos del castillo, al costado del río nos sentamos los cuatro a tomar mates y a comer las galletitas "digestive", que me encantan y ahora no puedo conseguirlas. Son integrales pero dulces. Digo que los cuatro tomamos mates porque le convidamos a Martin, quien tomó sin poner cara de asco y dijo que era un sabor al que hay que acostumbrarse (no recuerdo la expresión en inglés, que estaba muy buena por lo simple y explicativa) pero que no le disgustaba. Le explicamos todos los detalles: el mate lavado, el que tiene cascaritas o hierbas distintas o café, el sentido de dar el primer mate a una persona, cuándo se dice "gracias". Una buena lección de costumbres argentinas.
Hicimos una pequeña parada en el B&B y después fuimos a cenar otra vez a lo de John y Kay. Nos recibieron tan bien como el día anterior, y nos convidaron con peceto y verduras. De postre había apple pie y té, por supuesto. Sacamos muchas fotos y mostramos otras tantas. Estábamos ahí sentados, tranquilos, cuando yo me di cuenta de que Kay se parece mucho a mi abuela Elena: tiene los mismos gestos, las mismas expresiones en la cara, las mismas actitudes ante el esposo. Me sorprendí sobremanera porque ellas dos no tienen ninguna relación sanguínea, ni siquiera lejana, que justifique tal parecido. Sólo se puede explicar por compartir el origen. Pero es algo asombroso e inexplicable, porque tendrían que haber conocido a Elena y a Kay.
Cómo decirles lo tristes que nos pusimos todos a la hora de despedirnos. Yo me emocioné mucho, porque fue un viaje lleno de ángeles, de emociones, de encuentros. Fue descubrir que lejos de Argentina, los descendientes de aquellos que se quedaron, efectivamente tienen una conexión con nosotros, que ese vínculo no es ficticio porque tendrían que ver qué parecido tienen mi madrina (hermana de Elena) y John. También se puede pensar que esto parece medio inventado, pero no: mi tía y John tienen las mismas facciones, y es increíble. Y sí, lloramos, mami y yo... y yo la consolaba. Ahora mismo se me hace un nudo en la garganta, y lagrimeo. Es que fue algo muy emocionante.

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