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Próximo destino: Madrid

Tercer Reporte

16 de marzo de 2004
Ayer a la tarde, ya no daba más de sueño, de cansancio, de todo. Después de hacer la masa de los tallarines caseros gracias a las instrucciones de Viviana, pensé que no haría nada más en todo el día. Pero como seguía ansiosa por resolver el tema del colegio, salí en bici con ese rumbo. Cuando iba andando, sin discman (esto quiere decir “lo más atenta posible”), me di cuenta de que ya no podía seguir más así, tan agotada. Y temí que si a la noche no dormía bien, algo grave pasara. Qué sé yo... caerme de la bici, un golpe, un desmayo... algo... Encima, salí de gusto, porque no encontré a la directora del colegio. Pero me dije que algo tenía que hacer, ya que estaba en la calle. Y me fui a visitarla a Cecilia. Ella estaba ocupada con alumnos, pero después de un rato le pude contar. Como todos, quedó shockeada con la noticia. Y organizó para mañana unos mates con Vanesa, que ya está de licencia por maternidad. Y tal vez el sábado próximo haya una despedida. Cuando Ceci me dijo esto, yo pensé “¡Qué rápido! ¡Si nos vamos a ver muchos días más después del sábado!” Pero ahora que lo pienso, el sábado ya va a ser 20 y se supone que a fin de mes probablemente estemos viajando, así que mucho tiempo más no hay... Yo ya sé que tiempo hay, que voy a poder organizar todo bien... pero es loco pensar lo pronto que nos vamos de esta ciudad.
Al llegar al depto, eran cerca de las 7 y pico de la tarde y ya no pude resistir la tentación de acostarme un rato. A nada, pero es bueno tirarse a hacer nada de vez en cuando.
Después, llegaron Viviana y Javier y ella y yo nos dedicamos a los tallarines, y Javier a la salsa. Salieron riquísimos. Una receta más para mi haber, y para posibles reuniones próximas en algún lugar (que haremos en cuanto yo ande por ahí).
Hoy, en el colegio le comenté a la secretaria (me lo sacó con tirabuzón) que nos vamos a España y al menos ella, lo tomó bien. Es que claro, mi miedo era que se lo tomaran muy mal, pero de todas formas, ¿qué se puede hacer? Es como es y nos vamos, así que se lo tienen que tomar bien, no les queda otra. Pero en general, esa no es mi actitud. Yo quería comentarle a la directora lo imprevisto que fue todo y explicarle que cuando en febrero le dije que tenía planes de quedarme unos años más, realmente era así. Pero que las cosas cambiaron de un martes a un jueves (y no de un día para el otro, como siempre se dice). Confío en que todo ande bien. El jueves les cuento a los alumnos de 5º año. Es muy simpático este colegio porque una de sus ideas es que los alumnos y los profesores se lleven bien, entonces fomentan intercambios que para mí son novedosos, como ir a desayunar a cafés. Yo, que soy más del mate, les propuse para el jueves unos mates, y galletitas o torta o lo que les guste. Y ahí les contaré. Es que si les cuento en una clase normal, seguramente harán varias preguntas y perderemos el hilo del tema. Entonces, mejor dedico un día a que hablemos y después seguimos con la enseñanza/ aprendizaje. Después les tendré que decir también a los de 4º, pero con ellos hasta ahora sólo tuve una clase y por eso no compartimos tanto tiempo. Supongo que también organizaré unos mates.
Anoche nos acostamos tarde pero por suerte, dormí bien. ¡Qué buen cambio! Es increíble lo bien que viene una noche de buen sueño luego de 4 (¡¡!!) de cierto insomnio.
Ahora, no sé muy bien qué sigue. Ya estoy tirando algunas cosas (¡era hora!!) pero todavía no embalé nada. Ya llegará ese momento.

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